Latinoamérica tiene uno de los mayores potenciales mineros del mundo, con grandes reservas de cobre, oro, plata, y otros minerales. En la última década la inversión mundial en exploración y explotación de minería aumentó hasta dirigirse en un 25% hacia nuestros países. La demanda de los países emergentes y las tecnologías del nuevo milenio han permitido un aumento de precios que hace viables numerosos proyectos y abre nuevas perspectivas.
En este contexto, sin embargo, es importante que los beneficios de la minería se vean en el país de origen y no, como en el caso de la minería ilegal, beneficien a pocas personas y en especial a otros países donde se comercializan los minerales a altos precios. En el caso del oro, en los últimos meses se han presentado varios escándalos que comprometen a importantes refinerías europeas por supuestas compras de oro ilegal en países de África y Sudamérica a través de intermediarios.
El apoyo estatal a través de normas claras ante los nuevos retos de la minería también es esencial, así como una política fiscal que beneficie al estado pero a la vez estimule la inversión, para un desarrollo equilibrado del sector.