El oro tiene en el mundo los más diversos usos, no sólo sirve para fundir las barras de reserva de los Estados y para la creación de joyas, sino que también es imprescindible para los equipos electrónicos que usamos a diario, por sus excelentes propiedades conductoras y porque no se corroe ni oxida con el paso del tiempo.
En cuanto a su uso ritual India es el mejor ejemplo, un país que no produce oro pero es el segundo mayor comprador de este metal en el mundo, con un 29% del comercio anual. Entre octubre y diciembre, época de festividades religiosas y matrimonios en ese país, es tradicional regalar joyas. Regalar oro es una parte profundamente arraigada de los rituales de matrimonio de la sociedad india y las familias lo ven como un ahorro estable.
En la medicina, el oro es utilizado en rayos láser para una mayor precisión en el tratamiento de pacientes con cardiopatías o tumores cuya operación antes era imposible. Se utiliza también en las hebras de ADN para el estudio del material genético de las células y está presente en la unión de agentes químicos complejos para la creación de drogas y medicamentos de alta complejidad.
Los airbags de los automóviles poseen contactos de oro y sensores electrónicos para asegurar que funcionen cuando sea necesario, al igual que muchos otros sensores de seguridad en la industria.
Y en la exploración espacial el oro es un protagonista primordial, desde la primera caminata lunar en 1969, ya que por sus cualidades reflectivas el oro protege a astronautas, cápsulas y elementos del calor del sol y la radiación infrarroja.