El empresario del siglo XXI debe asumir y comprender el derecho
ambiental en su empresa como una herramienta que contribuye a la sostenibilidad
de las organizaciones, la eficiencia de los procesos productivos y, por
supuesto, apuntar a la gestión de una nueva ética empresarial comprometida con
la responsabilidad y el cuidado del planeta; sobre todo cuando estamos cerca de
acabar con un conflicto que necesita de una mano democrática y firme para superarlo.
Más allá de licencias, permisos ambientales y campañas por el
aire, la responsabilidad social empresarial y el cuidado del planeta son la
manera de mantener los procesos de globalización en forma sostenible, por
ejemplo en el campo minero energético.
El Estado Colombiano se ha dado la tarea en los últimos años de
enfrentar y acabar con la minería ilegal de cara al fenómeno de globalización y
el cumplimiento de las normas que este fenómeno exige y a su vez apuntando a
evitar que la minería ilegal acabe con nuestros recursos. Desde una mirada
empresarial y como ciudadano, opino que el desarrollo de proyectos mineros en
Colombia bajo un marco legal y responsable con la sociedad y el medio ambiente pueden convivir
y desarrollarse en sus zonas de influencia. En Segovia por ejemplo hemos
demostrado que este esquema ha funcionado para 1500 familias que hoy día están
vinculadas laboralmente a nuestras empresas y ejecutamos nuestras labores en
fiel cumplimiento de la normatividad. Estas personas en su gran mayoría fueron,
otrora, mineros informales.
De acuerdo con cifras publicadas por la Revista Semana en su
artículo Minería ilegal: entre el oro y el
crimen ,
para el año 2013 había un total de 9.044 unidades de producción minera
sin títulos ni licencias, además de 15.000 mineros informales de los cuales no
se sabe cuántos trabajan para grupos armados. Así también de acuerdo con
Semana, en Segovia, Antioquia, 200
mineros de los que trabajaban en la concesión Gran Colombia Gold tuvieron que
pagar vacunas a bandas criminales para poder continuar con su trabajo.
En ese sentido, la apuesta por un licenciamiento ambiental para
evitar acabar con nuestros ríos y selvas, y por contar con los permisos
correspondientes va más allá de un simple papeleo. Así esta es una invitación a
salvar a los 90 ríos, entre ellos el Cauca y Magdalena, y a evitar que este holocausto ambiental
llegué más lejos pues la minería sí puede ser legal.
Fuente:
Revista Ámbito Jurídico Empresarial - Junio de 2015 – Edición de Legis –
Título del artículo: Derecho Ambiental corporativo: una necesidad
gerencial y su autor: Luis Fernando
Macías